viernes, 7 de marzo de 2008

No fue necesario un hecho papable, ni un golpe...Bastó solo una palabra para que cada ilusión muriera en el intento y que un corazón cayera con sus trozos fragmentados e impregnados de una sangre oscura y espesa.
Bastó la mirada profunda en esos ojos color miel, para darse cuenta que la vida de ese amor tenía fecha de vencimiento por parte de aquel asesino que suspiraba dulcemente por otra silueta.
Las sonrisas se desvanecieron en el tiempo, las caricias se tiraron por la ventana, la pasión se suicidó.
Y si la señora oscuridad ofrece el mágico remedio del olvido, como no tomarlo, como un fuerte narcótico que invade abruptamente cada espacio del torrente sanguineo inundando de muerte y dolor en ese vertiginoso avance.
Abre tus ojos... mira a tu alrededor... un charco de sangre y en el medio de él, miles de pequeños pedazos que alguna vez fueron un corazon que latía para y por ti...
Cierro mis ojos...respiro profundo... y veo que en mi pecho hay un espacio vacío... pero aún hay un corazón.. que pronto cambiará su función... ya no será solo bombear la espesa sangre, sino sera dar vida a la próxima silueta de la esperanza.

La oscuridad y la señora soledas son los mejores antídotos para apagar un dolor y salir de esa
larga agonía que provoca la enfermedad llamada Amor

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